Pasión por el atletismo del entrenador Francisco Ayala, que está pasando unos días en La Rioja junto a sus atletas Sahily Diago y Viviana Aroche

El entrenador de atletismo cubano Francisco Ayala y dos de sus atletas, Sahily Diago y Viviana Aroche, se encuentran pasando unos días en Logroño, donde este próximo sábado participarán en una Jornada Técnica organizada por la Federación Riojana de Atletismo.

Ayala está licenciado en Cultura Física y Deportes, en Metodología del Entrenamiento para el Alto Rendimiento, es entrenador Nivel III IAAF de Medio Fondo y Fondo y ha sido entrenador en los Juegos Olímpicos de Londres 2012 y Tokio 2020. Sahily Diago (Cuba, 1995) ha sido subcampeona del mundo Sub20 y dos veces olímpica (Río de Janeiro 2016 y Tokio 2020), siendo finalista en 4×400 en Tokio. Por su parte Viviana Aroche (Guatemala, 1998) es campeona centroamericana de 1.500m y 5.000m y tiene el récord nacional en 1.500m, 5.000m y 10.000m. La guatemalteca llega desde Andújar donde el pasado 26 de mayo batió el nacional y centroamericano en 5.000m, estableciéndolo en 15:54.48.

Hoy hemos asistido a uno de los entrenamientos de los tres en el CTD Adarraga de Logroño, previo al Meeting Memorial José Luis Hernández de Pamplona que se disputará mañana viernes. Ambas se han marcado el objetivo de mejorar sus marcas de 1.500 en el encuentro de la capital navarra, que sería 4:14 para Diago y bajar de 4:25 para Aroche, que además supondría un nuevo récord nacional para ella.

Con los tres hemos charlado acerca de algunos de los temas que tratarán el próximo sábado en la charla que ofrecerán en Logroño, así como de su carrera deportica.

Frank ¿Qué tres elementos considera como más importantes en el entrenamiento?

Mi filosofía es que entre el entrenador y los atletas haya una fusión. Si mis atletas no entienden lo que yo quiero, o yo soy incapaz de transmitírselo, más allá de cualquier teoría, todo se convierte en un tecnicismo. Otro aspecto sería el de poder migrar de un evento a otro con una estructura técnica que haga que tú seas eficiente a la hora de ir subiendo de una disciplina a la otra, y eso lo va a dar el soporte técnico. Y por último, que más allá de los trabajos aeróbicos, anaeróbicos y demás, si el músculo no está preparado, nunca va a haber un resultado, por lo que el trabajo de la fuerza también es muy importante.

¿Qué mito debemos desterrar de una vez por todas acerca del entrenamiento?

Con todo este boom de la tecnología le diría a todo el mundo que lo primero que tienen que hacer es prepararse. Todos quieren tener una gran zapatilla con carbono, o un potenciómetro para medir los vatios de la implicación en la tracción del pie, o un Garmin que les va a resolver todos los problemas… Y la verdad es que la base es la preparación, el sacrificio y el esfuerzo. La tecnología ayuda, pero es un complemento a una buena preparación.

Ya que lo ha nombrado, ¿qué opina de las zapatillas con placa de carbono?

Que ayuda. Me hubiese gustado ver a Alberto Juantorena con una zapatilla de carbón. Yo creo que hubiese corrido en 1,41. Bueno, el carbono no lleva corazón, pero para los que tienen corazón sí ayuda.

¿Cómo sería su grupo de entrenamiento ideal?

Cada grupo tiene una magia diferente. Yo no puedo decir que tengo un grupo ideal, porque de un año a otro pienso que ese es el grupo ideal. Es como un artista que hace un CD, si le preguntas cuál es su mejor CD, te va a decir que es el último. Y como al final esto tiene que ver con arte de una forma o de otra, si me preguntas hoy, yo estoy viviendo mi mejor grupo.

Tengo estas niñas que ya llevan más de siete años trabajando conmigo, Sahily diez años y Viviana más de siete. Pero tengo, además, unos niños que son maravillosos, que tienen un potencial increíble y hacen la fusión que yo quiero. Yo creo que si tuviese un atleta de 12 minutos en 5000, tal vez desentonaría en el grupo. Es como tener un gran baterista en un grupo que me va a tragar la orquesta. Yo tengo la mejor orquesta, por lo menos a mí suena a salsa, y suena a mí. Y eso es lo que más me gusta.

¿Cuál sería el número ideal de atletas para entrenar?

Nunca he entrenado con más de seis atletas. Y cuando tengo cinco o seis, necesito el apoyo de alguien, porque lo apunto todo. Hace diez años entrenando con Sahily había mosquitos en una loma y yo maté uno y en mi cuaderno puse “este mosquito lo maté a las cuatro de la tarde del día tal” y ahí está, en el cuaderno todavía, la sangre y el mosquito. Por eso a veces me cuesta un poco, pero bueno, el que no controla… Una persona que tiene un negocio y mucho dinero me dijo hace poco que “el cubano solo números”, y le dije “¿usted no apunta los números de su negocio?, le va a ir muy mal su negocio”, y me dijo “sí, yo también apunto” pues este es mi negocio.

¿Cómo valora su grupo de entrenamiento?

¡El mejor grupo del mundo! Estas atletas, que son las atletas élites, son las que me salvan, porque sin querer están apoyando a los chicos que vienen nuevos. Sin ellas no hay apoyo, pero solo con ellas no va a haber atletismo en 10 años. Y tengo unos chicos que ya corren 15 bajitos en 5000 metros y tienen 17 y 18 años. También tengo uno más chiquito, que no lleva ni un año conmigo, y con 14 años ya corre poco más de dos minutos el 800. El grupo siempre está abierto, pero se mantiene sobre cinco o seis atletas normalmente. ¡Muy buen grupo!

¿Quién elige, el entrenador al atleta o el atleta al entrenado?

Depende. Los que vienen con apoyo, los elijo yo. Los que vienen por fuera, también los elijo yo. [ríen] Yo creo que esto es una dictadura. Aquí hay democracia, entre comillas.

Hace unos años declaró que no cree que existan en el mundo tres mujeres mejores que Rose Mary Almanza en 800 ¿Sigue opinando lo mismo?

Lo vuelvo a repetir de nuevo. Lo que pasa es que lo de Rose Mary fue un proyecto para Tokio y cuando Tokio terminó el proyecto culminó y ella decidió cambiar de aire. Recuerdo como hoy que dije que no había tres atletas en el mundo mejor que Rose Mary y en ese momento no lo había, de hecho, terminó tercera de ranking mundial.

Los Juegos Olímpicos no salió como queríamos, pero ya hay muchos factores que enredan una competición, no es algo de solo una persona, ni de dos, tal vez unas diez. Y si las diez no están, no sale el resultado. Lo que se ve primero, el atleta, después el que carga la cruz, que es el entrenador, y después muchas personas que a veces ni se mencionan, pero son muy importantes desde el que limpia el estadio hasta la familia. Y cuando falla ese engranaje para estar en lo mejor del mundo sería muy injusto agarrar una medalla. Yo pienso que Dios no se equivoca con eso.

El entrenador ejerce además de psicólogo, de padre…

Esa es la clave del éxito. Y eso fue uno de los tres elementos que te explicaba: ellas están aquí porque creen en mí y porque cuando tuvieron un problema yo estaba ahí. Me molesta si no me cuentan sus problemas. Para mí son mis hijas.

¿Qué vio en Sahily y en Viviana?

En Sahily un talento nato. Una muchacha que todavía no había desarrollado completamente la pubertad y mantenía la ligereza en los apoyos. Era una atleta muy centrada en lo que quería. Tiene una gran amplitud de zancada que es más importante en el medio fondo que la frecuencia. De hecho las dos tienen esas características.

¿Cuál ha sido el mejor momento de su carrera como entrenador?

Han sido muchos… la primera vez que clasifiqué a una atleta a un mundial Sub18 para mí fue muy importante, pero también te digo que fui la persona más feliz del mundo cuando conseguí la primera medalla en el nacional de unos juegos escolares. Ahora en Andújar andaba loco con el récord de Viviana. Soy muy pasional, lo vivo todo con mucha intensidad. Mi esposa me dice “dime un momento en que no hables de atletismo” y le digo que a lo mejor cuando estoy durmiendo, pero no es seguro porque cuando hablo dormido no se me entiende… [ríen]

¿Y el peor momento?

Lo vivo todo muy intensamente y los momentos duros los sufro mucho, pienso que se me van años de mi vida. Lo sufro mucho, demasiado.

En los Juegos Olímpicos estuve tres días sin dormir, dos días sin comer… tener la medalla en la mano y que saber que se fue por algo que no eres tú, es bien difícil.

A ellas dos las descalificaron en unos Panamericanos y estuve llorando como cuatro horas. Yo no sé cómo lo sufren ellas, pero yo lo sufro mucho. Pero cuando ganan, lo suelto todo.

¿A vosotras como atletas os transmite esa pasión?

(Ambas al unísono) ¡Sí! [ríen]

(Sahily) Durante la carrera la única voz que se siente en el estadio es la de él. A mí me gusta, porque sé cómo voy, no tengo que mirar el reloj. En la pista me ha pasado que no me hace falta mirar las pantallas con los cronómetros porque lo estoy oyendo a él. Hay muchas chicas que me han preguntado si mi entrenador está loco [ríen].

Hay una anécdota en unos Juegos, que contagió con sus gritos a toda la delegación cubana y despistó a una atleta jamaicana en la salida del 100… y ganó la cubana.

¿Desde cuándo entrenáis con Fran?

(Sahily) Desde que tenía 14 años y ya tengo 27. Empecé en el atletismo con 8 años en Cuba. Estuve en las EIDE (Escuelas de Iniciación Deportiva Escolar) y con 14 años ya no quería correr más porque yo pensaba que no habían selecciona con el equipo nacional, ya que nadie me había avisado. Entonces me llamó Frank para preguntarme por qué no me había presentado y es que no me habían avisado. Así empezó todo.

(Viviana) Comencé a los 12 años a hacer atletismo, pero nada formal. Mi entrenador llegó en 2015 a Guatemala y en la Federación hicieron una prueba para hacer un grupo para entrenar con él. A finales de 2015 comencé a entrenar con él y fue cuando empecé a tomar más en serio el atletismo.

Desde entonces, Viviana, no has dejado de batir récords

Quería hacer los de 1.500, 5.000 y 10.000 y ya los tengo. En el futuro quizás busque la Media Maratón.

¿Cuál ha sido la mejor competición que habéis vivido?

(Sahily) Cuando vas a una olimpiada, que yo fui a un relevo en Tokio, es diferente a cuando vas a una carrera individual. Yo fui al relevo a disfrutar porque la presión de la carrera no es solo mías, es de cuatro. En esta última olimpiada me gustó mucho y lo disfruté muchísimo. Pero todas las competiciones las disfruto porque conoces a personas, interactúas con otras atletas…

(Viviana) Yo igual, disfruto todas las competiciones, pero igual el último Centroamericano que hice. Lo disfruté mucho.

Aquí en España habéis competido más de una vez. ¿Cómo os encontráis en España?

(Sahily) A mí me encanta España. Tengo muy buenas amistades y como se habla español para mí es muy fácil relacionarme. Me gusta muchísimo.

(Viviana) La competición que más he disfrutado aquí en España fue el año pasado en Castellón, en un 5.000. Me encantó.

(Francisco) Para mí España es un habitual. De hecho me han pedido hacer un campus en Alemania y he dicho que no, sin embargo aquí estoy muy bien.

Si os plantearan quedaros a vivir en España ¿aceptaríais?

(Francisco) Hay dos cosas muy importantes, el tema familiar y el económico. Yo estuve mucho tiempo aparatado de mi familia cuando me fui a Guatemala. Ahora que estoy de nuevo con ellos lo estoy disfrutando mucho y es muy difícil que me saquen de allá. Allá tengo una pista que se puede decir que es mía, un gimnasio que se puede decir que es mío, tengo –para mí- los mejores atletas del mundo… es muy difícil que salga de allá.

Luego está lo económico. El atletismo aquí en España no está bien pagado, sin embargo es Centroamérica y Sudamérica está mejor recompensado que aquí. Así que si allá tengo la familia y la economía, no tengo un motivo para venir.

¿Próximos objetivos después de Pamplona?

(Francisco) Para ellas dos los Juegos Centroamericanos y del Caribe, que están ya a la vista y por eso estamos aquí. El siguiente para Sahily es clasificarla para el Campeonato del Mundo en Budapest. Con Viviana vamos a esperar un año más para el Mundial. Y los Juegos Panamericanos que son a finales de octubre.

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