Los ocho riojanos finishers en Nueva York

Esther, Maica, María, Jonathan, Luis, Amadeo, Fran y Diego, los ocho riojanos que el pasado domingo, 4 de noviembre participaron en la 48 edición del Maratón de Nueva York, consiguieron su medalla de finisher.

Los ocho riojanos completaron los duros 42.195 metros de este maratón entre los 52.812 finishers, una cifra récord que sitúa de nuevo al maratón de Nueva York como el de mayor corredores en meta del mundo.

La aventura para María y Diego fue complicada ya en el aeropuerto el jueves antes de la carrera. Tras tres horas y media de retraso y media hora montados en el avión esperando despegar de Barajas dirección al aeropuerto JFK de Nueva York, su vuelo fue cancelado a las 12 de la noche. Sin esperar a ser reubicados en otro vuelo decidieron hacer la reserva en el primer avión que saliese el viernes hacia el mismo aeropuerto.

Una vez instalados los ocho en Nueva York comenzaban unos intensos días de turismo y eventos relacionados con el maratón, desde recoger el dorsal en la feria del corredor situada en el Centro de Convenciones Jacob K. Javits, el Desfile de las Naciones en Central Park donde se reciben a los corredores de todos los países o la carrera el sábado por la mañana ‘Abbott Dash to the Finish Line 5K’ en la que participaron más de 10.000 corredores y que supone un pequeño aperitivo de 5 kilómetros por el centro de Manhattan, con la misma meta que el maratón en Central Park.

El domingo tocaba madrugar para la carrera -algo no demasiado complicado por el jet lag- y dirigirse hacia el State Island Ferry Terminal o hacia los autobuses autorizados que las distintas compañías disponen para desplazarse a Fort Wadsworth en Staten Island, lugar de la salida.

Cuatro oleadas de corredores, además de la élite y las sillas de ruedas, daban la salida a partir de las 8:30 de la mañana con una temperatura alta para la época del año y un cielo completamente despejado, condiciones climatológicas que los más veteranos de esta carrera no recordaban en ningún otro año. Les esperaban 42,195 kilómetros por los cinco condados que forman la ciudad de Nueva York: Staten Island, Brooklyn, Queens, Bronx y Manhattan.

El buen tiempo hizo que más público saliese a la calle a animar a los corredores, quedándose cortas las cifras oficiales de otros años de 2,5 millones de espectadores a lo largo de toda la carrera, contabilizándose hasta ocho filas de público en algunos puntos del recorrido.

Los primeros riojanos en salir fueron Diego y Fran, ambos miembros del Añares Rioja, quienes lo hicieron tras la élite femenina desde dos de las tres villas que forman el complejo de la salida. Tras ellos salieron Jonathan, María, Luis, Amadeo, Esther y Maica en el resto de corrales y oleadas.

La primera media maratón no resulta excesivamente complicada, lo realmente duro comienza a partir del Queensboro, el puente que une Queens y Manhattan y que llega a resultar interminable. El silencio de este puente – a los puentes no puede acceder el público – finaliza al llegar a la primera avenida de Manhattan que es lo más parecido a entrar en un estadio abarrotado de gente chillando y animando.

Desde esta primera avenida de Manhattan y hasta la meta el perfil de la carrera da pocas treguas a los corredores con rampas de mayor o menor intensidad que ponen a prueba la fortaleza de todos los corredores.

Diego fue el primer riojano en cruzar la meta situada en Central Park. Con un tiempo de 3h04’14” consiguió su objetivo de obtener marca para la que será su cuarta Major: Boston.

María fue la primera riojana con un tiempo de 3h56’30” consiguiendo también su objetivo que era terminar por debajo de las 4 horas.

Entre los riojanos debutantes en maratón el más rápido fue Amadeo, con un tiempo de 3h59’41”. “Mi primera maratón ha sido increíble en Nueva York. Fíjate que he visto tantas veces las imágenes de la salida de este maratón, pero no me podía imaginar cuanta gente, emocionados, vibrando, sintiendo ese momento…Increíble. Bandas de música, coros de iglesia, reage, rock, rap… Recuerdo una gran banda de música de niños en las inmediaciones de un colegio entre Brooklyn y Queens interpretando la banda sonora de Rocky I. Impresionante; nuevas alas para mis zapatillas. Terminé con un tiempo sub 4 horas, con fuerza y con ganas. Salir sin un objetivo de tiempo me había permitido disfrutar del recorrido, tomar fotos, vídeos e incluso parar en los puentes para contemplar las increíbles vistas de la ciudad. Recomendable, mucho…una gran experiencia para un corredor.”

Para Esther y Maica, las otras dos riojanas debutantes en maratón, también ha sido una gran experiencia. “Parecía un reto imposible, algo inalcanzable para nosotras que solo llevamos 3 años corriendo y lo hacemos como un hobby y una forma de reírnos y pasarlo bien. Empezó como un sueño y se ha convertido en un regalo, una de las experiencias más bonitas que hemos vivido. Han sido seis meses entrenando mucho, donde varias veces nos hemos planteado si merecía la pena tanto madrugón, tanto esfuerzo pero desde luego que ¡merece la pena! Desde el kilómetro uno disfrutamos de la gente, que se vuelca con los corredores, disfrutamos de la animación que en cada barrio de Nueva York es diferente, disfrutamos de la ciudad, hemos disfrutado de todo! Y ¡jo! Ha sido una experiencia inolvidable y hemos sido felices, que al final es lo que cuenta….”

Finalizaba así para los ocho riojanos una carrera que nunca olvidarán. Les quedaban todavía unos días por Nueva York para seguir haciendo turismo, compras y por supuesto, lucir la medalla de finisher de uno de los más importantes maratones del mundo.